domingo, 5 de abril de 2020
Todo en la vida nos prepara para el paso siguiente
lunes, 9 de marzo de 2020
Mariquilla 2
Ya no le importó que su tez se arrebolara ante las personas que la sorprendían. Miró de frente, retiró el pelo de su rostro y permitió que su vista paseara por el mundo que la rodeaba.
(Continuará)
sábado, 8 de febrero de 2020
Hivernación
Chispas mis ojos, alas mis piernas, motor mi corazón y unas ganas tremendas de salir y comerme la vida a dentelladas.
Ganas de mover la cintura, de batir el cobre y alzar la voz, de bailar al ritmo de este mundo, que de nuevo retoma, bañándose en la llama cálida del sol que emerge en una nueva aurora, dicha y pasión.
Canción de sueños y esperanza, de amor y calma, de armonía y valor.
domingo, 5 de enero de 2020
Noche de Reyes
sábado, 14 de diciembre de 2019
Amanda
jueves, 14 de noviembre de 2019
Rituales
miércoles, 16 de octubre de 2019
Ruidos que acunan
viernes, 13 de septiembre de 2019
Mariquilla 1
martes, 13 de agosto de 2019
Toma de conciencia
domingo, 7 de julio de 2019
Adalberto
martes, 21 de mayo de 2019
Temporalidad
viernes, 19 de abril de 2019
Cruce de caminos - Querencia
lunes, 4 de marzo de 2019
Prueba superada
lunes, 21 de enero de 2019
España en marcha -
martes, 18 de diciembre de 2018
La huella
No, mi percepción es otra, lo que yo siento, es que cuando he estado en algún sitio y más tarde otra persona pasa por allí, le hablan de mí con agrado, reconocen y recuerdan mi calidez, mi sonrisa, el trato amable, una palabra de cariño... Y eso me gusta.
Esa es la huella que quiero dejar impresa por los senderos del alma, porque creo, que el ratito que estamos en este Planeta lo podemos hacer más amable, podemos transformar el mundo en el que vivimos, mundo, que muchos se empeñan en que sea oscuro, torpe, ruin, indefenso, febril, inhumano.
Y son unos poquitos los que hacen lo hacen así, unos poquito con mucha fuerza.
Aunque no lo creáis, nosotros tenemos la clave para cambiarlo, de nosotros depende.
Podemos hacer que cada entorno a nuestro alrededor se transforme en un lugar acogedor y cálido.
Una sonrisa no cuesta nada, es espontánea, salta a la boca, se apodera de la cara y se refleja en el rostro que nos mira.
Un abrazo a tiempo, un beso de consuelo, un gesto, una caricia... pequeñas-grandes cosas que hacen que este mundo magnífico, en el cual transitamos por corto espacio de tiempo, se convierta en un lugar más humano, amable y extraordinario.
De nosotros depende, de todos y cada uno, sin excusa. Podemos escurrir el bulto o abrir los ojos a la mañana cada día y regalar conscientes y generosos semillas de amor y consuelo, de luz y vida, de sueños y esperanza.
Empatizar con nuestros compañeros de viaje en lo bueno y en lo malo, ponernos en su lugar, reír y llorar con ellos, sin olvidar que cada momento es único e irrepetible. Para lo bueno y para lo malo también. Todos tenemos el potencial para hacerlo, disfrutad de ello conmigo y brindad al mundo lo mejor de vosotros.
La recompensa es infinitamente mayor que el esfuerzo realizado porque lo que damos nos vuelve centuplicado, y así, los colores con los que cargamos nuestra paleta son los mismos con los que el pincel universal pintará nuestro mundo.
¡Adelante pues! Juntos, todos a una, vamos a dejar huellas de sonrisas mezcladas con polvo de estrellas marcadas en el camino.
Al fin y al cabo, según dice la ciencia, el 97% de nuestro cuerpo está formado de esa materia.
lunes, 12 de noviembre de 2018
Las falsas promesas
Me engañaron. Me engañaron cuando me
dijeron: “Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un
rico entre en el cielo”
Me engañaron con falsas promesas de futura
felicidad a costa del presente. Falsas promesas para constreñir el alma, para
devaluar en el mercado de la vida mis potencias, las que me fueron dadas al
nacer. Dilapidadas en aras de la obediencia, de la servidumbre a lo que decían
que estaba bien hecho, a lo que se esperaba de mí.
Me engañaron con cantos de sirena vestidos
de domingo, con falsos sermones de caminos al cielo. Me engañaron los que más
me querían, mercadeando con sentimientos, desmontando aspiraciones, clasificando
sueños.
Contrariamente a lo que me inculcaron,
creo firmemente que el dinero ¡sí da la felicidad!
Desconfiad de los que venden paraísos
inexistentes poniéndote en el brete de elegir, sopesando el ser y el tener.
Yo soy, y no tengo. He sido y, seré hasta que
la muerte me alcance. No necesito “ser”. Necesito “tener”.
Para aumentar los recursos de mi entorno
cercano, para dejar de ver necesidad y sufrimiento, para desvalijar los desvanes
del miedo al mañana desconocido y hambriento. Para reconvertir rictus de
amargura en sonrisas abiertas. Para abrigar los cuerpos ateridos con la manta
de la seguridad en el porvenir, estable, sereno.
El dinero no da la felicidad, sermonea a
diestro y siniestro nuestra católica cultura. No da la felicidad, pero...
¿Cuántos problemas se solucionan con él?
¡Cualquier situación! ¡Cualquiera! Se
suaviza con el dinero que compra calidad de vida al enfermo, que alivia
soledades, que espanta los fantasmas de la falta de educación, del hambre, del
adocenamiento.
“Poderoso caballero es Don Din Don, din
don, es Don Dinero”
Lástima que, en la idealización manipulada
de la juventud, nos mientan y nos vendan falsos paraísos de niebla a cambio de
renunciar a nuestras metas.
sábado, 13 de octubre de 2018
LO QUE ESTOY VIVIENDO (3) - SEXTO CONTINENTE - Grandes escritores te enseñan a escribir un cuento.
LO QUE ESTOY VIVIENDO (1)
