viernes, 5 de febrero de 2021

Facundo y Constance

 

El arte de la creación está respaldado por la estabilidad. El artista es por antonomasia inestable, explosivo, volátil, compulsivo. Su creación se soporta en la fuerza que le aportan otras personas afines a él, que apoyan su creatividad, su firmeza, su cordura. Sin ellos, el ánima errante vuela por mundos inhóspitos, desolados, o por fantasías inimaginables que atraviesan el universo descreído de la no existencia.

Facundo tiene poco en lo que sustentarse, algún amigo esporádico, unos hijos alejados a retazos en los vaivenes lógicos de la vida… Su estructura familiar se descompone en el demérito reflejado en los otros. Le salva, dentro de su isla escéptica, el romanticismo. Criatura de mente fría y calculadora. Prosaico. Sarcástico. Estoico. Tiene el contrapunto de la sensibilidad que se puede convertir en hiper sensibilidad si se siente atacado.

La poesía es su polo magnético de atracción. En comunión con las estrofas, su corazón de metal, late sistólico en armonías convexas que alientan la esencia del chiquillo pertinaz que encierra su férrea estructura de hombre hermético.

Poesía y música, dos motivaciones que exaltan su alma. A través de ellas vive, siente, se ilumina y vuela por espacios infinitos mecido por la cadencia de las palabras.

Constance es su contrapunto, dinámica y sensible, tenaz y exaltada, de una fragilidad engañosa. En aras de la verdad es capaz de las mayores empresas. Sus raíces entroncan con el recio arraigo de las mujeres poderosas que nutrieron su cuna, ejemplo constante de fortaleza y osadía, calma y certidumbre.

En la balanza en la que se columpian sus polos opuestos, está, en un extremo la cordura, asentada en la racionalidad de sus planteamientos, en el otro rebosa la locura de los seres alados que vuelan libres por planetas creados en su interior. Ambos conviven manteniendo un equilibrio perfecto. Espíritu y cerebro en plena complicidad.

Es difícil desnivelar su naturaleza o destruir su concordia establecida a golpe de sentimiento. De sueños hechos realidad. De insólitas aventuras. De metas alcanzadas. Caminos compartidos. Veredas ancladas en la raíz del viento. Ternuras forjadas a golpe de constancia y serenidad. Puro embeleso que les lleva a disfrutar del tiempo en común como nunca antes lo habían hecho.

Su núcleo comparte los elementos necesarios para potenciar su proyección como individuo, sin menoscabo del otro, en una alquimia perfecta.

Hoy celebran su aniversario descubriendo un nuevo amanecer, con mil proyectos por realizar y la certeza del lazo indisoluble, que un venturoso día, unió sus destinos para satisfacción y gozo de su existencia.