lunes, 5 de febrero de 2024

Encuentro

 


Complicidad en la mirada y una conexión implícita. Un bar en un barrio castizo. Algo, más allá de la edad, de la situación, del entorno, establece lazos que no se venden en el mercado de los intereses.

Nada nos une salvo ese guiño cómplice, ese entender la vida de aquella manera. Esa lucha establecida desde la infancia para ser nosotras mismas a pesar de las circunstancias.

Ese discurrir tranquilo, fiel a nuestra condición. Fácil de remontar si la confianza y la seguridad viven dentro de cada una.

Fátima, Lourdes, Nuria, quizás la memoria me engaña, o quizás me es fiel. Estoy cierta, eso sí, de haber sentido esos vínculos; lazos de entendimiento que muestran, más allá de las palabras, el lenguaje común que nos hermana.

Luces y sombras, fuego y artificio, constancia y voluntad. Luchadoras en un mundo indómito, caprichoso, voraz...

Indudables triunfadoras, lo sé. Lo he percibido en vuestras ojos, en vuestras sonrisas y en la clara proyección de vuestra fuerza.

Desde aquí y ahora, os rindo mi homenaje. De mujer, a mujer. De alma, a alma. De cerebro, a cerebro.

La vida nos brinda infinitas oportunidades. Estoy segura de que vosotras, las tres, sabéis exprimir cada segundo de esta oportunidad única e irrepetible que es el día a día.

Quizás, en algún momento, volvamos a coincidir por el barrio. Si no es así, no importa. Lo esencial, ya ha sucedido.


Para vosotras. La Casa de la Tortilla un 27 de enero…