sábado, 5 de agosto de 2023

Laberintos

 

Quizás sea difícil entender desde las diferentes edades la postura de los otros.

Tal vez todas las generaciones han juzgado a los padres y aunque los hijos les reconozcan valores y derechos en el mejor de los casos no dejan de anteponer su criterio, acertado o no, a éstos.

¿Cómo transmitir lo que sigue sintiendo el cerebro-corazón del supuesto anciano, calificado así por las cifras que atestiguan sus documentos oficiales?

Donde los demás ven arrugas y senectud, existe un alma a la que le cuesta refrenar los impulsos vitales.  En su interior se ve como el joven-adolescente que fue y que trata de descubrir, cada día, una motivación para saltar desde el lecho solitario y echarse a la calle con todas las ganas de que sea capaz, para exprimir al presente borrascoso.

Este mundo no deja de ser un laberinto en todas las edades. Una encrucijada permanente. Todo ser humano pretende encontrar la felicidad, cada uno a su manera.  Nadie vive la vida del otro. Se confunden, aciertan y yerran por caminos desconocidos procurando no perder el rumbo.

Quizás la petición de entendimiento, hoy, sea, que les deis cancha para que sean ellos los que decidan.  Los que separen ilusiones de realidad. Los sueños del mundo prosaico. Los que tiren p'alante, una vez más, sin mirar atrás.

Estad seguros de que saben escoger el buen camino El que les conviene. Aunque la cuesta sea empinada aún tienen capacidades para alcanzar a su ritmo y tiempo, el objetivo que se han fijado.

Cada etapa es una oportunidad para crecer y aprender. Cada uno de nosotros decidimos el con quién, el cómo, el dónde, y el cuándo.

Son muchos los años de rodaje, de experiencias y como alguien dijo: "Más sabe el diablo por viejo que por diablo". Siempre que no se haya hecho el camino en vano. Añado yo.