jueves, 5 de enero de 2023

El valor de lo ajeno



Muchas veces me he preguntado por qué al ser humano le apetece lo que no tiene. Tantas como lo he observado en diversas personas, distintas situaciones y por diversos motivos.

Lo conocido por muy bello que pueda ser pasa a ser parte de su rutina diaria. Puede ser uno de los paisajes más hermosos del mundo, un cuerpo turgente, un rostro querido, el calor de una caricia, una comida sabrosa... Todos ellos cuando se sienten como una pertenencia dejan de despertar la ilusión o las ganas. Dejan de atraer las miradas.

De ahí, mi particular cruzada. Cada día me levanto con ganas de descubrir el rayo de luz que tamiza mi ventana, la piel caliente que abraza mis horas, las voces queridas que comparten complicidades, el sonido del agua, la música que acaricia y despierta mis sentidos...

Buceo en mi cerebro y le apremio a potenciar la ilusión, el entusiasmo: ¡Sed fuertes! Desterrad lo que con el paso de los años pretende marchitar el valor de lo que está a nuestro alcance.

El ahora no es una posesión de por vida, no es un valor permanente.

Tantos y tan singulares momentos desperdiciados por la constante necesidad de codiciar lo ajeno depreciando lo propio; me hacen tomar conciencia y propiciar mi mirada infantil, la capacidad de asombro.

La ilusión con la que escucho una canción una y otra vez para descubrir un matiz diferente o recrearme en su bien conocida melodía.

El embeleso con el que miro a la persona amada: hago mío cada uno de sus gestos.

La pasión derrochada con las personas queridas que transitan conmigo una parte del camino.

La capacidad de ser, estar y, sobre todas las cosas apreciar cada segundo de mi existencia.

Quizá sea mucho pedir y el ser humano esté condenado a no estimar lo que tiene y a desear lo que no está a su alcance.

Yo confío en conservar la ingenuidad, junto al asombro y las ganas de seguir aprendiendo para valorar lo que tengo, sin anhelar lo ajeno, y que en esta noche mágica se hagan realidad mis sueños.

 


2 comentarios:

  1. Desgraciadamente, somos así. Creemos que la vida de los demás es mejor que la nuestra. Ser feliz consiste precisamente en querernos.

    Un abrazo.

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  2. Mucho tiempo sin saber de ti, José Antonio. Las Fiestas nos complican a todos un poco el día a día. Echaba en falta tus comentarios. Efectivamente, como muy bien dices, ser felices es valorar cada día lo que somos y tenemos.
    Un abrazo.

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