Vuelve a encajar el engranaje y la naturaleza responde
agradecida al nuevo amanecer que reparte miríadas de vida bullendo en derredor.
Es fantástico sentir el cuerpo en plenitud abrazando el mundo, fuerza y coraje a partes iguales mezclados con la ilusión y las ganas.
Esto es la existencia, un sucesivo caer y levantarse en grandes y pequeños avatares junto al gozo de existir.
La vida es agridulce y tragicómica. Puro mestizaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Digna en todo caso de ser vivida a pleno corazón, José Antonio.
EliminarOtro para ti. Gracias por tu cercanía.